Trekking Cueva de los Cóndores, El Manzano

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Trekking Cueva de los Cóndores

El sábado 26 de Mayo cercano a las 09:00 hrs, enfilamos una caravana de 8 vehículos, llevando a 22 socios al sector el Manzano en el Cajón del Maípo.

Llegamos a un sector rural de sencillas casas que la rodeaban singulares gallinas de plumaje extravagante y gallos que trepaban por los árboles, varios perros de distintos portes y colores los que nos recibieron con un concierto de ladridos ante tanta invasión de estos 22 intrusos.

Enfilamos por unos escarpados cerros con mucha tierra reseca y suelta , que nos mantenía muy atentos donde poner cada pisada, nos rodeaba un reseco bosque esclerófilo, que se caracteriza por ser perenne, longevo y de muy lento crecimiento, pero que se veía visiblemente resentido, por la escasez de lluvia, pese a que su característica es soportar la sequedad prolongada.

El trayecto fue calmo, con detenciones que nos permitía apreciar el paisaje y disfrutar de múltiples temas de conversaciones y jocosas espontáneas “tallas”.

Maritza nuestra guía, siempre preocupada del grupo, e integrada con todos, lo que nos hacía sentir una manada amigable y feliz.
Al llegar al punto más alto de aprecia el volcán Tupungato y a un costado un glaciar, que por averiguación de Maritza supe que no lo era, que se trataba de la caldera del aledaño Tupungatito cubierta de hielo.

Prontamente llegamos a nuestro objetivo, un singular lugar de formaciones rocosas con orificios de todos tamaños y numerosas cuevas.

El paisaje envuelve y anima a recorrer las distintas vistas y disfrutar cada uno de la calma, la brisa y el sol que fue generoso en todo momento.

Y cómo broche de oro, el infaltable tercer tiempo.

Gracias queridos amigos montañistas

palabras de Mónica Urbina

 

Un sendero Y una vida
Caminar, avanzar, a veces es lo único que nos importa o al menos nos ocupa pensar cuando seguimos hacia adelante.
En un sendero a veces te concentras en respirar, dar el siguiente paso bien dado, mirando al suelo concentrado en avanzar, pero y las pausas?

Cuando vas solo o con pocas, vas a un ritmo te detienes poco y al llegar al objetivo vuelves, porque era eso tan solo, un objetivo y fue cumplido.

Pero ¿dónde queda el apreciar el paisaje que fue justamente el que te trajo hasta ahí?

Cuando vas en un grupo diverso las pausas son constantes. Se descansa y se esperas más. Aparecen las comidas con esas conversaciones calentitas con un té compartido.

Te das cuenta que ahí esperando levantas la mirada, respiras profundamente para apreciar el lugar donde te encuentras. No es el parque o la región, si no ese árbol del camino, las hojas que tiene o que ya perdió, sus diferentes colores y olores. La tierra, las ramas, ese bichito que va a toda prisa, probablemente como tú hace un rato. Y te llegas a “sentir” inmerso en ese paisaje.

No es la meta y ni el camino en sí el que me guardo en mis memorias, son esas pausas conmigo, en el territorio, con las personas, con esa comida, Es ese detenerse a sentir, a apreciar donde reside este placer de seguir…

palabras de Pablo De Valdivia.

 

 

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